domingo, 8 de mayo de 2016

Todo mejorará...



                           "Encontrarás más pronto tu felicidad, si la buscas dentro de ti mismo" 



Renuncie a estar triste, cuando me di cuenta de que la vida me ha premiado, con quizás mucho más de lo que necesito para vivir. 
Renuncie a estar triste, cuando entendí que mis problemas son minúsculos, comparados con los de las demás personas. 
Renuncie a estar triste, y decidí cambiar mi forma de ver la vida, aceptando los problemas como retos, como preparación y empecé a sacar de cada uno de ellos una ventaja, una verdadera fortaleza.
Renuncié a estar triste, cuando comprendí que era tiempo perdido, entendiendo que el tiempo es lo único que no se nos devuelve, que no podemos comprar y se nos va de las manos, con cada respiración. 

Un día cualquiera me sentía perdido, pensaba que no podía seguir lamentándome, entendí que podía hacer algo más, que no me iba a dejar vencer, ¡Qué no lo haría!

Empecé a comprender las señales del destino, sé que cada día nos está tomando la lección, que con cada circunstancia que se nos presenta, nos pone una nueva prueba, entendí que no existe la -mala suerte-, sino más bien, es la forma en que la vida te enseña algo nuevo, aprendí que para poder edificarte, construirte y crecer, primero tienes que caer, por que solo en ese momento, vas a entender tu verdadera capacidad, tu verdadero "torque" (como diríamos en términos automovilísticos), sabía que no era el momento de bajar la cabeza, sino de levantarla y seguir mirando hacia adelante, buscando esa luz, que muchas veces estaba más cerca de lo imaginado.  

Aprendí a asimilar el proceso que conlleva encontrar la felicidad, entendí que es un momento en el que tienes que tomar decisiones, muchas de las veces tienes que renunciar a personas, a objetos, tienes incluso que renunciar a tu forma de vivir, todo por ser feliz. 

Como dice una frase, que me encanta mucho, "La vida no te quita nada con lo que no puedas vivir, y si lo hace, reemplaza eso por algo mejor". 

Hay que dejar todo lo malo atrás y atreverse a vivir como nos guste, como queramos, amando a quien queramos amar, viviendo, sonriendo, siendo buenas personas y buscando una sonrisa, buscando una luz. 


Mi deseo hoy para ti: 
¡Florece y prospera! 




jueves, 24 de marzo de 2016

La fortaleza de la fe... en uno mismo.





"Puedes más de lo que piensas, vales más de lo que te imaginas"


Aprendí a ser fuerte, entendiendo que la vida no te da o te quita nada de lo que en realidad no necesites, aprendí que cada paso que damos en este mundo forja nuestro futuro, lo cambia lo transforma, todo depende si damos el paso en bien o en mal, pero el futuro se forja ahora. 

Aprendí a no preocuparme del que dirán, del que opinarán, si lo que hago está o no bien para los demás, entendí que yo soy el único, que debo sentirme bien con lo que hago o soy, que cada persona es un mundo y siempre mirará cada acción desde su orilla. Nada es absoluto, todo se abstrae.  

Aprendí a escuchar a todos los que me ayudan, pero aprendí a entender a quienes no me quieren ayudar, aprendí a descifrar el mensaje que esconde el "No lo lograrás", aprendí a ver más allá de sus intenciones, entendí que lo único que quieren es que no surja, que no progrese, y el único motivo es porque en cierta medida, ellos no tuvieron la suficiente valentía para luchar por sus sueños. 

Entendí, que la soledad solo es un estado aceptado por uno mismo, que es buena cuando tienes control sobre el sentimiento que provoca el sentirse solo, aprendí tanto sobre esto, que amo viajar solo, me encanta estar a momentos a solas, pensando en lo que se viene, reflexionando sobre mi vida, pero también me encanta pasar tiempo compartido, cuando eso sucede disfruto de cada cosa, de cada detalle, la compañia, del no estar solo. 

Entendí que la verdadera felicidad no radica en lo material, más bien radica en cada uno de los momentos, la vida en cierta forma ha sido dura conmigo, y me ha enseñado a golpes, que debo decir, te amo, te quiero, te extraño o te necesito, cuando debo decirlo, quitando ese miedo a ser rechazado o no ser entendido o comprendido, lo aprendí muy mal, pero lo aprendí, porque aún tengo ese abrazo reservado para ese alguien especial, que nunca más volvió ni volverá a mi vida, y entendí que si tienes que abrazar, que amar o simplemente decir algo, lo tienes que hacer ahora, por que mañana ya es tarde. 

Comprendí, que en esta vida estás para ayudar, para ser solidario y colaborar, no por ganarte el cielo, o ir al paraíso, peor aún por obtener algo a cambio, sino por convertir a este planeta, en un mejor lugar para vivir, entendí el poder de un abrazo, de una palabra de aliento, o de una simple presencia, cuando a la vida llegan momentos oscuros.  

Sé que debes dar de lo que no tienes, porque ahí radica el sentido de ayudar, sencillamente porque si das de lo que te sobra, ya no estás dando, estás regalando y eso no tiene el mismo sentido. 

Pese a las adversidades aprendí a no desmayar, quizás a ser un poco más cauto, pero siempre mirando más allá, de lo evidente a los ojos.

Un día alguien por ahí me dijo que no llegaría lejos, y quizás tenía razón, no he llegado "lejos" ¡¡¡¡AÚN!!!, porque entiendo que el lugar en donde quiero estar ahora es aquí, compartiendo mi locura, atreviéndome a vivir con pasión, con emoción y alegría, la única vida que tenemos, disfrutando del camino, ¡Sí!, de ese camino que en corto, mediano o largo, me llevará LEJOS, El momento, es hoy, el día es hoy, la vida es hoy, la sonrisa es hoy. Atrevámonos a vivir, a sonreír, a ser felices. 

Todo cambia, todo evoluciona, hasta los malos momentos, hay que ser fuertes, ya que nada es permanente todo es temporal, después de la tormenta siempre sale el sol, y brilla más fuerte, hay que deprimirse lo menos posible, la felicidad radica en cada uno, hay que tomarla con actitud, con una sonrisa y nos daremos cuenta que todo cambiará. Por más atemorizante que sea el sufrimiento, este mismo nos ayudará, si tan solo nos damos  la oportunidad de sentirlo, de aceptarlo, de volverlo a nuestro favor, cuando lo hagamos, el sufrimiento se transformará y nos hará más fuertes de lo que imaginamos. 

Texto inspirado y dedicado para: "Sonrisas Felices" 


Mientras escribía esta entrada escuchaba la canción: Creed - With arms wide open


domingo, 20 de marzo de 2016

Seré breve...


"Siempre que un hombre hace algo perfectamente estúpido, lo hace por el más noble de los motivos"                                                                                                                        -Oscar Wilde- "El retrato de Dorian Gray" 


-Seré breve, me afanaré por buscar la vida, por reír, por soñar. 
-Seré breve, y encontraré en cada detalle un motivo más para ser feliz. 
-Seré breve, con quien quiera hacerme daño, entrará en mi vida pero no se quedará. 
-Seré breve, para pedir perdón, hay dolores que no deben durar ni un segundo. 
-Seré breve, al mirar las oportunidades pasar, no las dejaré ir más. 
-Seré breve, cuando mis fuerzas no me den, las reencontraré siempre en cada amanecer.
-Seré breve, ya no podemos darnos el lujo de perder el tiempo, existen momentos únicos.  

Sepultaré todo lo malo, me transformaré evolucionaré, seré grande, seré yo mismo; sin penas, sin dolores, con sacrificios y luchas, me embriagaré de felicidad; reiré con la misma pasión y sentimiento con la que quizás alguna vez también lloré. 

No me preocupa lo que venga, estoy preparado, listo y dispuesto a enfrentarlo, con actitud con garra y valentía, no me importa caer, no me importa sufrir, no me importa dar todo y no recibir nada. 

¡Lo único que me importa! ¡Es ser feliz! 


-Mientras escribía esta entrada, escuchaba esta canción- 
¡Recomendada! 


domingo, 6 de marzo de 2016

El verdadero valor de la vida



                                          -Sólo quien se atreve a mirar más allá, podrá contemplar 
                                                        el universo que existe en tus ojos- Un día de marzo


Se han puesto a pensar, ¿Qué sería de nuestra vida, si nos atreveríamos a disfrutar más de momentos, y no de cosas materiales? 

Me lo he preguntado un par de veces, y no dejado que la tercera pregunta llegue, he comenzado a actuar, sobre lo que se puede disfrutar, lo que se puede vivir, y de la manera quizás más simple, ser feliz. 
Y en realidad no ha sido tan difícil, bastó tan solo con descomplicarse un poco, mirar el mundo desde otra perspectiva y lanzarse a vivir, en busca de lo que se puede encontrar en el mínimo detalle, que se pone frente a nuestra vida. 

Condenamos muchas veces nuestra existencia, a un sufrimiento basado en el dinero, en las posesiones, el estatus, en el falso sentimiento de felicidad, que te llena de objetos materiales, más no llena tu corazón. Nos condenamos falsamente en necesitar del dinero, para pasar un buen momento, de tener auto para ir y visitar a alguien, a quien no miras hace tiempo; cuando en realidad sólo depende de nosotros el transformar nuestra realidad, en un momento mágico. 

No me importa sino llego a ser millonario, por que de principio no lo quiero ser, y por que he entendido -abriendo mi alma y mi corazón- que ya lo soy. La vida me ha bendecido con innumerables, sencillas y grandiosas cosas -y no necesariamente materiales- que no creo que necesite más. 
Vivir al limite, sabiendo que puede ser hoy el último día de mi vida, nos da la pauta de atrevernos a hacer siempre lo que deseamos;  a decir: -Te quiero-, -te amo-, o simplemente a abrazar, sonreír, divertirte, intercambiar miradas, momentos, sencillos presentes, de una forma más real y cargada de mucho sentimiento,  por que simple y sencillamente la vida es una sola y siempre nos llevaremos los momentos, más no las cosas que tenemos o construimos. Como diría mi madre -"Lo comido, lo bailado y lo bebido, nadie te quita"-.  

Pasear bajo la lluvia, caminar hacía ningún lugar, perderse un momento, reír, llenar de momentos tu vida, más no de objetos, se ha convertido en mi filosofía de vida, y me he dado cuenta que la "magia" viene sola, he encontrado mi felicidad en momentos sencillos, muchas de las veces inimaginados, no planificados, peor aún soñados, pero te das cuenta, que la felicidad está ahí, que perdiste mucho tiempo antes, por el miedo a atreverte a tomarla y que definitivamente ya no puedes dejar pasar más. 

Empezar a dar valor a las cosas pequeñas, a los detalles quizás no costosos en dinero, pero muy valiosos en significado, nos hará menos dependientes de lo material, como siempre he creído... si tu me regalas una piedra y lo haces de todo corazón, créeme que esa piedra será la más hermosa que jamás haya visto y representará para mi un momento, un lugar, un estado y me recordará la alegría, y la felicidad vivida. 

Entonces, ¿Por qué complicarnos tanto? ¿Por qué esperar un momento, una fecha, un día en especial? cuando podemos convertir un día convencional, en algo mágico, en algo especial. ¿Por qué esperar tanto tiempo para un abrazo? Cuando podemos correr en busca de uno, sin necesidad de que sea año nuevo, no han pensado que quizás será tarde. ¿Por qué limitarnos a no decir, -te quiero-? limitándonos al miedo de quizás no ser correspondidos. Hay que hacerlo siempre, y no importa si suena trillado o vacío, porque el significado no lo da la palabra, lo das tú mismo, con tus acciones, con tus detalles, con tu vida misma. 

En esa búsqueda insaciable de la felicidad, tu universo atrae a personas especiales, que tienen tu mismo nivel de locura, que entienden cada frase, cada letra, cada mirada, cada momento, cada circunstancia, que cuando aprendes a mirarlos de manera diferente, llenan tu vida de color, de magia inexplicable, inentendible e infinita. ¡Y es real!, cambian todo con su luz, te das cuenta que en realidad no todo estaba perdido, que pudieron haberte fallado mil personas, pero basta sola una, para cambiar el universo, para ponerle alegría y color. 

Y mientras sigues evolucionando, aparecen otras interrogantes. ¿Por qué no lo hice antes? ¿Por qué no cambié mi modo de ver las cosas? Sucede que muchas veces, pensamos en que la felicidad está en el dinero, y que debemos acabar con nuestra vida, para que al final cuando tengamos dinero, nuestra felicidad sea completa, y que cuando el dinero falte, simple y sencillamente la felicidad ya no existirá. Pero no es así, es tan solo un estado, que como el dinero se va y viene, y no llena todos los espacios que son vitales para el alma, para el corazón. 

Volvamos a emocionarnos con lo simple, con lo sencillo, con lo abstracto, no esperemos que nos regalen un -mundo feliz-. hagámoslo nosotros mismos, está en nuestras manos. 

¡Atrevámonos a ser felices, a sonreír!


Y mientras escribía esta entrada, escuchaba esta canción. ¡Recomendada para inyectar energía! 


lunes, 22 de febrero de 2016

Caminando por la vida...







Llega un momento de la vida, en este trajinar constante de subes y bajas, que debes detenerte un momento, quizás para tomar un respiro y analizar lo que has caminado, hasta donde has llegado, como lo has recorrido y que has dejado en ese camino, que en realidad es largo, sinuoso y hasta cierto punto complicado.

Llegas a una edad, (aunque suene a viejo) en que te das cuenta, de muchas cosas que han sucedido a lo largo de tus años, disfrutaste de la vida, reíste, soñaste, hiciste lo inimaginado, viviste lo suficientemente divertido, te planteas además que ese camino, te ha llevado por lugares y momentos mágicos, has conocido lugares extraordinarios, has viajado y en ese recorrido, has tenido que desprenderte de muchas cosas, incluso de personas que ya no hacen nada en tu vida, has tenido que dejar lugares, momentos, sentimientos, olores e incluso sabores, que no volverán jamás.

Comprendes que hay promesas que se rompen, hay contratos que no se cumplen, hay "amigos"que te traicionan, hay otros que quieren verte siempre mal, hay gente que entra en tu vida y se va sin avisar. Te has puesto a pensar, cuantas personas has conocido, y que hicieron en tu vida. Sin duda serán cientos, que entran en tu vida, hacen cambios y se van, quizás sea ese el destino, quizás sea ese el motivo por que estuvieron, todos tienen su etapa, su momento y su lugar. 

Analizas los lugares donde estuviste, lo que hiciste por alguien, que quizás era especial, que caminaste muchas veces sin rumbo, buscando tan solo un abrazo y encontraste ira, dolores y temores. Te detienes a pensar y dices ¡La vida es así!, y mientras miras el camino recorrido, te das cuenta que no puedes hacer más, que tienes que seguir caminando, que la cima está quizás más cerca de lo que esperas y que debes desprenderte de todo lo que alguna vez en la vida te hizo feliz, pero ahora te hace más daño. 

El camino puede ser distinto, se puede presentar incluso agreste, pero el objetivo, el de ser feliz, siempre debe estar en la cumbre. Aprendamos a adaptarnos más, entender que hay que aferrarse a nuestros sueños, pero siempre construirlos con una base sólida que impida que nuestro camino recorrido se derrumbe, siempre hay que tener un "as" bajo la manga, arriesgarse es correcto, pero pensando siempre en que nuestro objetivo no desaparezca, que nuestro camino cambie, pero que nuestro sueño quede intacto, hay que caminar no quizás por el sendero marcado y establecido, atreverse a ser diferentes, pero eso si, siempre cuidando nuestra seguridad, nuestra estabilidad, que al final de cuentas es lo que cuesta recuperar y mantener. 
La teoría del caos, o más conocida como el "Efecto Mariposa", manifiesta la idea de todo esto, una acción hoy, puede traer consecuencias al otro lado del mundo mañana, quizás el decidirse por algo que creemos correcto, muchas veces no resulta serlo, es por eso que nuestras decisiones deben ser reflexionadas, con la mayor prolijidad. Muchas veces el querer ganar todo, puede hacer que lo perdamos todo. 

Les escribo, con una sonrisa llena de felicidad, de alegría, ahora camino feliz, con problemas, vicisitudes y necesidades, como las de todos, pero feliz. Entiendo y comprendo que todo en la vida se soluciona, que los problemas nos hacen más fuertes, nos dejan lecciones, y todos tienen fecha de caducidad, no llevo odios ni rencores, prefiero que la vida misma se encargue y le brinde a cada persona lo que en verdad merece. 

Es mi primera entrada en este blog, que habla de un tema "existencial", espero no aburrirlos, pero también soy ser humano, también río, también lloro, me pongo enojado o triste, pero pese a todo he entendido, que la única forma de atraer cosas buenas a nuestra vida, es sonriendo y siendo feliz el mayor tiempo posible. 


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Twitter: @agodoyphoto




lunes, 15 de febrero de 2016

El "guagua" fotógrafo


Una de las cosas que me apasiona en la vida, definitivamente es la fotografía, congelar imágenes, detener el tiempo, sentirte todopoderoso y poder visualizar detrás del lente un mundo distinto, para mí es una de las mejores vivencias que pueden suceder en este universo. 

Como dice el viejo y conocido refrán "Nadie nace sabiendo", mis inicios fotográficos vienen ligados a mi padre, quien en realidad no fue fotoperiodista, pero si un gran periodista y productor de tv, quien me encaminó en esto, que ahora se ha convertido en parte de mí. No nací con la cámara bajo el brazo, mis inicios más bien fueron entre tropezones, caídas, roturas, fracasos, que me han dejado grandes lecciones y me han formado como profesional. 

Mi padre, periodista, mentalizador, acolitador en esta pasión, traía a casa los libros de la universidad, de esas materias extrañas, desconocidas, de planos de ángulos, de encuadres y composiciones, que en un inicio no tenían ningún sentido para mí, pero que en la práctica ayudaron mucho a desarrollar mi ojo fotográfico. 

Mis primeros pasos, ya en la práctica, empezaron a mis 15 años, cuando mi padre compró una cámara digital, que era "familiar", pero se convirtió prácticamente en personal, era una pocket Sony DSH 300, que tenía 5 megapixeles, una maravilla para la época, con ella empecé a dar mis primeros clicks, desencuadrados, desenfocados, sin linea de vista, sin composición, pero al final de cuentas, mis primeros clicks. 

Recordé todo lo que había leído en los libros, empecé a documentar, a fotografíar, todo lo que se movía, a inventarme encuadres, a defender mis composiciones frente al curador más importante y exigente que he tenido, mi padre quien con su conocimiento me decía: "Menos cielo, dale peso a la mirada" "Está desenfocado, pero la idea es buena" "Está quemada" etc etc. Palabras que en realidad decepcionaban a este naciente fotógrafo, pero que me encaminaban por el camino correcto. 

Un día decidí combinar mis dos pasiones, la fotografía y el automovilismo, una de las ventajas que siempre he tenido es la cercanía con una de las maravillas que tiene el automovilismo en el país, el Autódromo Internacional "José Tobar Tobar" de Yahuarcocha,  vivía a tan solo 10 minutos a pie, de uno de los autódromos más bellos de latinoámerica, en donde cada mes se desarrollaban competencias emocionantes e importantes.  

Me decidí a hacer fotos, pero ya no desde la tribuna, sino desde la pista, había un "pequeño-gran" inconveniente, no trabajaba en prensa, no tenía ni edad, y no era amigo de los organizadores de la competencia. ¡Tengo que hacer algo! me dije, se me pasaron ideas locas por la cabeza, una de ellas era entrar nadando o vestirme de mecánico y pasar como asistencia, quizás colarme en alguna camioneta de abasto entre otras más. Entre tanto pensar y pensar, se me vino a la mente ese refrán que dice "Al que madruga Dios le ayuda", de un salto me incorporé de la cama y dije -¡Esa es la solución"- ¡Había que madrugar! ¡Sí!, tenía que entrar al momento en que nadie en la puerta principal te pida credencial, te diga a donde vas, incluso cuando ni siquiera el primer auto llegaba. 

Y así fue, me despertaba a las 6 de la mañana, empacaba en mi mochila, agua, galletas, panes, mermelada y uno que otro caramelo para pasar la jornada. Mientras caminaba temprano al autódromo, rezaba para que nadie se hubiese adelantado y empezado a cobrar entradas o peor aún pedir credenciales. 
Con el sol que empezaba a salir en las montañas, mi tensión aumentaba, el camino se hacía largo y pesado, las palpitaciones se aceleraban, y mientras llegaba a la puerta el nerviosismo aumentaba, a lo lejos divisaba la puerta abierta de par en par,  ¡Era el paraíso!, que me decía"Bienvenido".

Paso a paso me iba adentrando en el autódromo, mi caminar era lento, sigiloso, como si estuviese cometiendo el delito más grande de mi vida, avanzaba sin regresar a ver y me encaminaba cada vez más dentro del autódromo, un gran suspiro acompañado de un sentimiento de liberación llegaban a mi ser, cuando atravesaba la pista y me disponía a ubicarme en un lugar, en el que pueda pasar desapercibido, me acomodaba y ya libre de tensiones, alistaba mi desayuno, en uno de los lugares más bonitos de mi ciudad, no se imaginan cuan bello es desayunar a la orilla del lago. 
Faltaban aún como 5 horas para que el primer auto salga a rodar, pero yo ya estaba dentro, listo y dispuesto a fotografiar, a disfrutar.

Lo hice como unas 7 veces más, hasta cuando al fin pude empezar mi primer trabajo "formal".

Tenía 16 años y David Monge, un amigo de la casa, periodista y director de una revista deportiva me "prestó" su cámara para que haga fotos para su revista, era una Sony Z1, definitivamente era mi sueño realizado, pasar de una cámara pocket a una semiprofesional, era realmente fascinante, con 16 años acuestas me sentía realizado, emocionado, hasta soñaba con el sonido de su obturador.

Para ese entonces dejé de madrugar, ya era algo conocido, saludaba con el guardia del autódromo, con los amigos periodistas, con las autoridades y uno que otro piloto, sentía una paz no tener que madrugar, pero aún me emocionaba pensar en que lo volvería  a hacer si fuese necesario. 
Ese fue el inicio de algo que se ha convertido en parte de mi, en una extensión de mi cuerpo, de mis ojos de mi mente y de mi espíritu. 

Es la primera vez que cuento esta anécdota, que aunque no lo crean, me ha ayudado mucho en mi vida, he aprendido y he entendido que siempre existirá un camino por donde podamos llegar a un objetivo, al inicio siempre iba a la tribuna, pero se tornó algo aburrido y mi sueño era estar en la pista e ir más allá, tenía que estar abajo, simplemente me lo propuse un día, lo estudié, lo planifiqué, analicé las posibilidades y lo hice, impulsado quizás por esa fuerza de la juventud que te lleva a hacer "locuras" que definitivamente te acordarás toda tu vida, como lo hago hoy. 

Así que hay que atreverse a vivir, a hacer locuras, a luchar por sus objetivos, a nunca dejarse vencer.   
¡No se olviden de sonreír!  


"Si tus fotografías no son lo suficientemente buenas es porque no estás lo suficientemente cerca." Robert Capa.

lunes, 8 de febrero de 2016

Trabaja en tus sueños, no en los de otros


"Así como la vida te dio la posibilidad de soñar, también te dio la posibilidad de convertir tus sueños en realidad"


Un día, de esos en que despiertas filosófico, pensativo y mientras realizas el "checklist" mañanero, antes de empezar tus actividades, me puse a pensar y reflexionar, sobre lo que hacía en ese momento con mi vida estaba bien o no, pensaba sobre si quería seguir trabajando, en un lugar en donde quizás me sentía bien, pero no era mi mundo y no me permitía desarrollarme con todo mi potencial.

Sabía que podía darle más a la vida, atreverme a soñar y trabajar en lo que en realidad me apasionaba, en lo que llenaba mis ojos de colores claros, vivos, llenos de vida, de esos colores que sólo se pueden ver en los momentos esenciales de la existencia. 

Pensaba y reflexionaba mientras viajaba -siempre atrasado- en el taxi, rumbo al que denominada "trabajo", ¡Sí!, era trabajo, ya no era divertido, ya no llamaba mi atención, ya no le ponía el mismo empeño, quizás ya no trabaja por esa pasión que adquieres el primer día, el día que te llenas de ilusiones, de metas, el día en que reconoces olores, personas, lugares, simple y sencillamente esa pasión ya no existía, se había perdido y me estaba consumiendo, no solo mis energías, sino mi vida, mi cuerpo, mis momentos, había renunciado a pasar tiempo en familia, con amigos, con las personas que amaba, por dedicar momentos y grandes esfuerzos, a eso que se había convertido en trabajo. 

¡Es momento de cambiar! me dije, pero inmediatamente pensé, ¿Cambiar qué? ¿De trabajo? ¿De jefes? ¿De lugar? ¿De ciudad?... Los miedos empezaron a ganar a mis sueños, empecé a meditar más a fondo, pensaba;  "aquí gano bien", "ya llevo algún tiempo", "tomo decisiones autónomas y mis jefes casi no me consultan cosas", "llueve truene o relampaguee, mi sueldo siempre está en el banco, -puntual o no puntual- pero está",  "si me voy de aquí, es un volver a empezar". 
Me frustré a mi mismo, empecé a realizar, lo que a un futuro entendería, como el "Ahogo prematuro", el ahogarse uno mismo, anteponer supuestos, juicios sin valor, que hacen que las cosas se vean mal, se vean complicadas, que te impiden renunciar y creer que es peligroso alejarse de esa zona, ¡Sí!, la famosa "zona de confort". 

Mientras pasaban los días y la rutina se convertía en un verdadero tormento para el alma, empecé a darme cuenta que tenía que hacer algo para cambiar la rutina, por que si no lo hacía, me mataría definitivamente. 
Empecé a trabajar las 8 horas, importándome de sobre manera la hora de salida. !No les regalaré ni un minuto! me decía; pero mientras lo mencionaba, definitivamente me daba cuenta que mi tiempo, no el de las 8 horas, sino el tiempo en ese lugar había terminado. Tenía que hacer algo o el reloj, el rol de pagos, la seguridad social, me comerían de a poco. 

Un día desperté más animado, lleno de "súperpoderes" y decidí que era tiempo de irme, en un escueto papel bond redacté, sencilla y tajantemente mi renuncia, la firmé y la entregué, sin explicaciones, más sólo decía "tengo un mejor trabajo". En realidad no lo tenía, no sabía a donde iba, qué sería de mi en la vida, donde podría trabajar, pero sencillamente lo hice. 

Empecé esa tarde mismo a contactarme con amigos, conocidos y colegas del medio, para que me tomen en cuenta en sus proyectos. ¡Todos respondían con un OK!, no eran más palabras, nadie apuntaba mi número, ni mi correo o me mencionaba si había un trabajo cercano, en el que podría colaborar, ¡Empecé a temblar!, eran nuevamente mis miedos, esos que había vencido en días anteriores, me estaban ganando ahora, mientras intentaba aplacarlos, con palabras que ni yo mismo creía, "No es tiempo de desesperarme" -me decía a mi mismo-.  

Cumplí mis quince días, como ordena la ley, entre abrazos y despedidas, me quité un peso enorme de encima, el peso de la rutina, me sentía libre, lleno de emoción de alegría, podía caminar sin preocuparme del reloj, del tiempo, del calendario, de los jefes, simple y sencillamente entendía y volvía a sentir lo que desde mis 17 años no había sentido... ¡Libertad! 

Y así empecé a encaminar mi sueño, empecé a darle forma a mi trabajo, empecé a valorar cada una de mis actitudes y aptitudes, me di cuenta que era bueno para muchas cosas y que era malísimo en otras, empecé a ser yo mismo, sin uniformes, sin horarios, sin jefes, sin sueños rotos, sin faltas de presupuesto, simple y sencillamente el Alex, empezó a trabajar en el Alex. 

Aunque no todo ha sido color de rosa, no lo es en realidad y creo que no lo será en un largo tiempo, los sueños cuestan trabajarlos, lágrimas, esfuerzos, sacrificios, había renunciado a los horarios, pero entendía que si no me disciplinaba, nadie lo haría. 

Ahora me levanto más temprano, que cuando iba a mi trabajo, me acuesto más tarde, me estreso más, sufro más, me siento muchas veces atado y limitado, más de lo que me sentía en mi trabajo, pero saben algo, todo eso no importa, es secundario o desaparece, cuando te das cuenta que estás luchando por tus sueños, que ya no trabajas para cumplir el sueño de otro, sino que ahora trabajas enfocado en tus metas, que cada uno de tus esfuerzos, se ve recompensado en un logro, en una felicitación o un reconocimiento, muchas de las veces hasta un "simple" like, hace que tu día mejore, por que sabes que estás haciendo las cosas bien y estás enrumbado en el camino correcto. 

Ahora no me da miedo estar fuera de mi "zona de confort", no me da miedo el atreverme a seguir soñando, por que he entendido que debemos hacerlo en algún momento de la vida, he aprendido que de los errores, debes sacar las cosas positivas y estos te ayudan a formar tu vida, a hacerla más llevadera y que cada cosa mala que te suceda, llenará tu vida de una gran lección. 

Si están leyendo esto y tienes un sueño, no renuncies a el, constrúyelo en una base sólida, arma un plan, por si se derrumba algo, mientra construyes tu sueño, con cada caída las bases de fortalecerán  al final te darás cuentas que las cosas suceden por algo, y todo lo malo siempre atrae 10mil cosas buenas. 

¡Atrévete a soñar y lucha por lo que quieres! 


¡Bienvenidos a mi blog!





"Antes tenía miedo de estar loco, ahora necesito esa locura, para encontrarme a mi mismo" 


Siempre me preguntaba ¿Qué se sentirá tener un blog? ¿Tengo tiempo para administrar uno? ¿A alguien le interesará lo que escriba? En fin, algunas interrogantes siempre han pasado por mi cabeza, y ahora me he decido -de manera empírica- armar mi blog. ¡Espero que les guste! 


Qué les puedo contar en mi primera entrada, soy Alex, los títulos no importan, 25 años, soltero de "profesión", fotógrafo, enamorado de la vida, de sus colores, de sus amaneceres y más aún de sus atardeceres. Periodista por inducción, fotoperiodista por pasión, actualmente dueño y señor, de un medio de comunicación digital, en mi hermosa provincia de Imbabura, ¡Sí! la provincia "Azul de los Lagos". 

Segunda línea y me he quedado colgado, eso creo que pasa siempre (?)... 

Amo la lectura, de esa buena, la que te traslada a ese mundo, que el autor se lo imaginó al momento de escribir sus líneas. Terminé no hace mucho de leer un libro magnífico, (Se los recomiendo). Es de Isabel Allende, "La Casa de los Espíritus", me identifico mucho con cada uno de los capítulos de ese libro, ya que he tenido a lo largo -o corto- de mis 25 años una vida "accidentada", llena de subes y bajas, subidas estrepitosas, que llenaban mis días de alegría, contrarrestadas con la adrenalina, miedo e impotencia de las bajadas, que me conducían hasta el fondo, de esas bajadas, que te hacen pensar sobre el sentido de esta vida, golpes que te trasladan en minutos, a pensar ¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿Por quién vives? ¿Haces lo correcto en tu vida? o, sólo tienes que dejar que las cosas pasen, que el tiempo -entendiendo "tiempo"; días, meses, años o quizás toda la vida- cure esas heridas, que nuestro cuerpo, en su infinita grandeza reconstruya, aunque no sólo las heridas del cuerpo, sino también las heridas del alma y corazón. Muchas interrogantes, que solo Allende, puede descifrar en su libro. 

He terminado mi primera entrada, espero que no sea la última.

Gracias por soportarme.